Pocas veces se puede hablar de iconos de la música que no vemos sobre los escenarios, de esos que están detrás del telón, de las consolas o de las letras o de incluso, la melomanía que permite crear atmósferas y momentos.
Lynn Fainchtein fue una visionaria de ello en la música, sobre todo en el ambiente latinoamericano en el que permea predominantemente el hombre, en algún pequeño hueco de inicio pudo colarse y ramificarse en diferentes ámbitos de la esfera músical pero también del entretenimiento.
Nacida en 1963 en México fue en su juventud que, como muchos periodistas, comenzó con curiosidad por espacios para intereses que pudieran no parecer relevantes.
Egresada de la Facultad de Psicología de la UNAM, Fainchtein laboraba a mediados de la turbulenta década de 1980 en una pastelería del Distrito Federal, donde escuchaba la estación Rock 101 (XHSON-FM, que ahora es Beat 100.9, especializada en música de corte electrónico), con esa inquietud por escuchar aquello que la representara se aventuro a las instalaciones de la radiodifusora con interés de entrevistarse con alguna cabeza mayor de la estación.
Y lo logró, como narró en alguna ocasión, que pudo encontrarse con Luis Gerardo Salas quién era locutor pero sobre todo, fundador de la estación. Relató que llegó con una idea muy clara, como lo era su megalomanía, por lo que Salas, apasionado de la música como ella, la invitó a tomar unas cervezas.
Así, Lynn le comentó sobre la amplia colección de vinilos y música, sobre todo rock, hecho por mujeres y que en ese momento, comenzaba a despuntar ante la ruptura de varios tabúes que se quedaban atrás en la década.
De esta manera, fue que inició un espacio dedicado exclusivamente al rock femenino, que le consiguió más diversidad de música a la estación que, si bien podría parecer de nicho, era bien recibida por el público ávido de melodías que expusieron su sentir ante las tribulaciones del tiempo.
Esa era una batalla ganada para Lynn, una mujer que hablaba de mujeres en campos que no querían que ellas explorarán.
Hasta 1992 estuvo en la estación de radio pues venía un reto que significaría otro campo para Lynn.
MTV surge en los Estados Unidos en 1981, era una propuesta que tenía en su programación solamente videoclips musicales de los artistas más importantes y entre cortes, estaban los VJs, “Video Jockeys”.
El canal llegó a un punto de ser denominado “controversial” y “contra cultural”, además de que sus shows estaban realizados para adolescentes y adultos jóvenes, de cierta manera el concepto trataba de dar voz a lo que las juventudes querían consumir y querían escuchar.
Pero pasaron 12 años para que MTV volteáse a ver la incipiente escena de música iberoamericana y en 1993 inició transmisiones desde Miami con Daisy Fuentes a la cabeza, la primera VJ del canal completamente en español.
Fue en 1994 cuando la respuesta para generar contenidos dirigidos a una audiencia latina fuera de los Estados Unidos era obvia: Lynn Fainchtein.
Tomó el mando de la programación y noticieros que MTV Latinoamérica generaba para todo un continente de 1994 a 1999, donde diferentes estrellas de la música latinoamericana dieron el salto a los Estados Unidos, el cross over.
No solo deja un precedente para con los latinos que buscaban pasar su música a los Estados Unidos, sino para artistas alternativos que en ese momento, no contaban con las grandes palancas para qué su propuesta fuese reconocida a nivel internacional.
Esto cimentó su carrera como una experta musical más que experimentada, lo que la llevaría a ser llamada por otros estadios del entretenimiento para ayudarles a crear esos ambientes especiales.
Fue así que el expertise de Lynn la llevó al spotlight de la cinematografía, fue entonces que el año 2000 se convirtió en supervisora musical de la aclamada cinta de Alejandro Gonzalez Iñárritu Amores Perros, un parteaguas del cine mexicano donde su musicalización, realizada por Olayo Rubio, dio mayor ímpetu a la mencionada cinta.
De ahi siguieron diferentes cintas donde también fungió como supervisora musical: Todo el Poder, 21 Gramos, Voces Inocentes, Fuera del Cielo, Babel, Bajo la misma luna Precious, Biutiful, Birdman, Los 33, The Revenant, Roma además de series como Elite o historias que vio de cerca, como Luis Miguel o Selena, que se convirtieron en artistas en rotación durante su gestión en MTV.
Una de los iconos de la música iberoamericana y mundial muere, pero su camino dejar una vereda preparada para siguientes generaciones que quieran no imitar su trabajo, pero sí llevarlo a nuevos horizontes inspirados en ella.