El pasado domingo, el AT&T Stadium se convirtió en el escenario de una batalla futbolística de proporciones épicas. La final de la Nations League entre México y Estados Unidos prometía emociones desbordantes, pero el desenlace, lejos de satisfacer las expectativas de los aficionados tricolores, se tornó en una dolorosa derrota tanto en la cancha como en las gradas.
El encuentro entre ambas selecciones ha sido históricamente tenso y emocionante, y esta vez no fue la excepción. Sin embargo, mientras el equipo mexicano luchaba por remontar un marcador adverso, la afición tricolor recurría a métodos desafortunados para expresar su descontento.
Con el segundo gol del equipo de las Barras y las Estrellas, los seguidores mexicanos presentes en el estadio comenzaron a dirigir insultos al portero estadounidense en cada saque de meta. La tensión crecía a medida que se acercaba el final del partido, y el árbitro canadiense Drew Fischer se vio obligado a detener el encuentro en dos ocasiones según el protocolo de CONCACAF, debido al comportamiento inapropiado de la afición mexicana.
La situación se complicó aún más cuando un sector de la afición tricolor mostró su descontento con el marcador abandonando prematuramente el estadio, dejando vacías las gradas poco a poco. Esta deserción masiva contrastaba con la euforia de los seguidores estadounidenses, quienes celebraban el triunfo inminente de su selección.
🚨 Pelea entre aficionados en el AT&T Stadium. Caos al término de la final entre México y Estados Unidos 🚨 pic.twitter.com/cjoZiGrTLN
— Universal Deportes (@UnivDeportes) March 25, 2024
Pero la derrota no solo se manifestó en la cancha y en las gradas; también hubo incidentes de violencia entre los aficionados de ambos equipos. En una de las cabeceras del estadio, donde se encontraba un grupo de fanáticos estadounidenses, se produjeron enfrentamientos con la afición mexicana que se retiraba del recinto. Insultos, gestos obscenos y agresiones físicas empañaron el ambiente de lo que debía ser una fiesta deportiva.
El momento más tenso del partido llegó cuando la afición mexicana comenzó a dirigir insultos homofóbicos al portero estadounidense Matt Turner. Este comportamiento detuvo el juego en dos ocasiones, de acuerdo con el protocolo establecido por la FIFA para combatir la discriminación en los estadios de fútbol. La repetición de estos incidentes obligó a las autoridades a intervenir y retirar a los espectadores que incitaban a la violencia y la intolerancia.
Lo que podría haber sido una celebración deportiva se convirtió en un lamentable espectáculo de rivalidad desmedida y conducta inapropiada. La final de la Nations League, lejos de unir a las aficiones de México y Estados Unidos en torno al deporte, evidenció la persistencia de conflictos y tensiones que van más allá del terreno de juego.
“Prefiero que esta sea la manera (grito homofóbico) y no la violencia física” : comentarista de @TUDNMEX @Andres_Vaca_
— Martín González 🇲🇽 (@MartinGonzama) March 25, 2024
Se sanciona a la afición deteniendo el juego por el grito homofóbico PERO ¿Quién sanciona a los comentaristas deportivos por sus posturas ante la homofobia? pic.twitter.com/CkS6ezDNGK
El “Ya merito” es la constante que aparece para la selección mexicana en cada periodo y si bien la siguiente meta del tricolor es llegar bien, ni siquiera raspando, bien a la Copa Oro a disputarse en Estados Unidos en junio, parece no ser suficiente para las expectativas que se tienen del combinado tricolor.
Ante este panorama desolador, las palabras del exfutbolista de la Selección Mexicana, Miguel Layún, resonaron con fuerza. En medio de la controversia por los gritos homofóbicos, Layún expresó su deseo de erradicar la violencia en los estadios, aunque sus palabras fueron objeto de debate en las redes sociales. Si bien algunos interpretaron su mensaje como una llamada a la conciliación, otros lo consideraron una justificación de conductas inaceptables.
En última instancia, la final de la Nations League entre México y Estados Unidos dejó una amarga lección sobre la importancia de promover el respeto y la tolerancia en el deporte. Más allá de los resultados en el marcador, es imperativo trabajar en la construcción de un ambiente donde la pasión por el fútbol no se vea empañada por la intolerancia y la violencia.