Inmaculada llega a los cines, estelarizada por Álvaro Morte y Sydney Sweeney, esta historia que mezcla el terror y lo sacro tratará de dejarte con la sangre helada.
Estrenada en el festival SXSW, la cinta está dirigida por Michael Mohan, frecuente colaborador de Sweeney. Desarrollada desde 2014 con un guión elaborado por Andrew Lobel, la cinta se enfrentó al “infierno del desarrollo” hasta que, con su éxito en Euphoria, Sweeney adquirió los derechos de la cinta para finalmente iniciar su producción.
Con alta expectativa frente al elenco de estrellas y la necesidad de más cine de terror que sí impacte, la cinta se espera sea uno de los éxitos del verano. Esto fue lo que nuestra reportera Monserrat opina del filme.
Hoy en día para los amantes del terror es difícil confiar en que una nueva película llegue con algo nuevo que realmente sorprenda a los espectadores, con un argumento diferente o simplemente algo que la haga destacar de todo lo que ya se ha visto en el mercado.
En esta ocasión nos tocó acudir a la premiere de Inmaculada, una cinta que sitúa su historia en un convento en medio de la nada ubicado en la Italia de los años XXX que da la bienvenida a la joven estadounidense Cecilia (Sydney Sweeney) que viaja por invitación de un sacerdote (Álvaro Morte) para realizar sus votos y convertirse en monja.
Sin embargo, todo da un giro en el momento que, de manera inexplicable debe enfrentarse al hecho de que está embarazada aún siendo casta, situación que sus superiores y otras monjas del convento comienzan a calificar de “acto divino”. Esto sin duda es desconcertante para Cecilia que no conforme con esto, debe empezar a acostumbrarse a que la traten como toda una “inmaculada”.
Sin embargo, la situación se torna oscura y todavía más extraña cuando comienza a darse cuenta de sucesos fuera de serie ocurridos por la noche dentro del convento: suicidio, obsesión, envidia, cuestionamientos religiosos… Es una premisa que varios podemos sospechar hacia dónde se dirige pero que realmente no todo es siempre lo que parece.
Sin duda la actuación de Sydney Sweeney es realmente buena y acompañada de la excelente ambientación, la producción logra crear buenos momentos en la historia que atrapan al espectador para estar atento en cada instante; los juegos de cámara e iluminación permiten que no te pierdas en una pantalla negra sin saber qué es lo que pasa y le da el toque de “suspenso” que amerita cada escena.
Otro aspecto digno de resaltar, es sin duda el argumento de “terror humano” que brinda un giro a la costumbre que tenemos del terror de espíritus, posesiones o demonios.
Las pequeñas escenas de gore están meticulosamente bien ejecutadas en el tiempo ideal y que te aseguro harán que pegues un grito o se te revuelva el estómago; sin embargo, lo que realmente digno de reconocer, es la desgarradora escena final que tiene aspectos que te dejarán sin palabras, dándole a Sydney el reconocimiento memorable como ‘Scream Queen’.
No me describiría como alguien conservadora, pero en lo personal hubiera cambiado algunas escenas donde vemos el cuerpo desnudo de las monjas (osado realmente) por algo que no bajará el drama de la historia y pudiera desviar la atención del público al hilo de la trama.
A pesar de ser un filme que logra atrapar tu atención no la consideraría como un terror total, ya que el rumbo que va tomando la historia es un poco predecible y no muy sorprendente para los que estamos acostumbrados un poco más a este género. Definitivamente esta película no la incluiría en mi top de: “No ver con la luz apagada”.
Si eres fan del cine definitivamente esta cinta no será tiempo perdido y te hará pasar un momento “palomero”, en especial por la actuación de Sydney Sweeney y Álvaro Morte en un género que no imaginábamos que los veríamos. Hoy en día no cualquier película de terror me anima a ir al cine pero debo confesar que es mucho mejor de lo que pronosticaba.